“Si no son los peldaños es el ala
que te despierta y que te grita: ¡sube!… ¡sube sin timidez,
no te abandones; si te asusta volar, hay escalones!”
Pedro B. Palacios, Almafuerte

martes, 18 de mayo de 2010

1810 - 25 de Mayo - 2010



Pensar en el 25 de Mayo me recuerda inviernos fríos, disfraces de caballeros, pastelitos y vendedores ambulantes en el escenario de la escuela. Nunca nos quedó muy claro qué era lo que festejábamos. Sólo sabíamos que tocaba bailar el pericón, ponerse la escarapela, llenar de figuritas del Cabildo el cuaderno de clases, y decidir si te tocaba ser negrita, paisana o dama antigua. No mucho más para el recuerdo del acto escolar.

Con el tiempo, al crecer, participábamos de los actos con menos entusiasmo. No había disfraces, murmurábamos el himno con voces adormecidas, a veces escuchábamos algo que nos dejaba pensando...

El Cabildo abierto fue un lugar de expresión de posiciones encontradas, presiones, discusiones acaloradas, debates, y fundamentalmente PARTICIPACIÓN.

"La Patria es un peligro que florece", dijo una vez Leopoldo Marechal. Durante casi 200 años, esa plaza se transformó en símbolo de participación de nuestro pueblo. Golpeado y maltratado, en ella reclamó sus derechos. Fervorosamente festejó triunfos. Dolorosamente sufrió engaños y desengaños con la plaza como testigo. En ella siguen rondando madres, pidiendo justicia, luchando contra el olvido. La muda Plaza se llena de voces cada vez que el pueblo acude a ella para hacerse escuchar. El Cabildo ya no es el de Billiquen.

Sin embargo, aún parecen resonar vigentes las palabras de Mariano Moreno, secretario de aquella Primera Junta de Gobierno: " La libertad de los pueblos no consiste en palabras, ni debe existir en los papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad, y este cántico maquinal es muy compatible con las cadenas y opresión de los que los entonan. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el dogma de la igualdad".

Hagamos de este 25 de Mayo, doscientos años después, el renacer de aquellos ideales, hagamos acto nuestros deseos de justicia, de libertad, de ejercicio pleno del derecho. Seamos patriotas mirando al hermano, no permitamos que el individualismo ciegue nuestras acciones. Y trabajemos por un país más justo, más solidario, menos egoísta, más humano.

martes, 11 de mayo de 2010

Pensar el Bicentenario desde la Escuela








El Bicentenario no es sólo un hecho histórico. Es un acontecimiento que nos mueve a pensar, a pensar juntos, como práctica de una comunidad que intenta recuperar la construcción histórica que le dio origen. Y también para pensar los modos de seguir construyendo la historia.

Este mes se cumplen 200 años de la Revolución con que se inició nuestro camino como Nación. Dicen que todo comenzó una mañana fría y lluviosa de otoño con el pueblo reunido en la actual Plaza de Mayo y unos cuantos hombres jurando en el Cabildo. Anécdotas, mitos, gestos, lluvia, postales de una memoria construida y reconstruida a través de los años. Casi doscientos años han pasado. ¿Qué se dijo ese día? ¿De qué hablaron los patriotas? ¿Cuáles fueron sus miedos, sus seguridades, sus enfrentamientos?

Imaginemos un escenario: los criollos, reunidos en la Plaza de Mayo, gritan, en busca de noticias, "el pueblo quiere saber de que se trata". Este día se depone al virrey y se instaura un gobierno provisional, la Primera Junta de Gobierno, que actuaba en nombre de Fernando VII. Los cabildantes reconocen la autoridad de la Junta Revolucionaria y así se forma el Primer Gobierno Patrio.

Una cosa se instala en el nacimiento de la patria: la idea de deliberación, de discusión, de debate como forma inicial y fundante de construcción del poder. Si pudiéramos imaginar lo que significaron para los habitantes del Buenos Aires Colonial esas noches de discusión compartida, esos encarnecidos debates ideológicos, si pudiéramos recuperar la encendida pasión del compromiso, tal vez esa historia comenzada hace dos siglos sería más nuestra.

La historia recorre nuestra vida. Ser en el mundo implica pertenecer a “una” historia: somos parte de la historia. Construimos la historia con nuestro propio existir, como construyeron la historia cada uno de los protagonistas de las generaciones pasadas. Entonces, querer saber de qué se trata es reconocer que tenemos algo que averiguar de nosotros, de lo que fuimos y lo que somos.

El 25 de mayo es una de las fechas que nos invita a analizar los hechos de manera crítica nos permite analizar el pasado como una puerta a la explicación del presente.

Sentirse parte de la historia de un país, de su vida, de sus costumbres y sus tradiciones, fortalece el sentido de identidad, permite profundizar los valores propios de cada cultura, y comprender las transformaciones que se producen en tiempos donde la globalización parece diluir lo propiamente nacional. Desde este reconocimiento entonces se podrán respetar también otras historias, otros pasados, otros recorridos.

Durante mucho tiempo la sociedad argentina vivió la imposibilidad de hablar, explicar y reconstruir su historia. La nuestra es una sociedad que tiene dolor, huecos, vínculos rotos. Y si podemos identificar ese pasado, hablar de él, repensarlo desde sus múltiples causas y desde la compleja trama de relaciones que lo fueron moldeando, estaremos realmente empezando a construir un futuro para todos.

martes, 4 de mayo de 2010

Nuestros alumnos y un particular encuentro con la Filosofía































En momentos de evidente crisis, dedicarse a la reflexión filosófica parecería constituir una utopía.










Los discursos reproductivos abundan, y el espacio para el cuestionamiento y la duda es cada vez más estrecho. Sin embargo es en este preciso espacio donde el pensamiento busca las fisuras y se aventura a pensar más allá de lo instituido. Repreguntar al mundo, posicionarse ante él, descubrir el asombro ante lo cotidiano, y elegir respuestas, fundamentar nuestras elecciones, apostar a la confianza desde la incertidumbre. Proporcionarles a los estudiantes de nivel Polimodal la oportunidad para acercarse a la perspectiva filosófica resulta entonces, mucho más que una utopía: se convierte en premisa de acción para quienes creemos en la formación de nuevos jóvenes, en la construcción de un nuevo mundo, más justo, menos egoísta, más responsable, menos indiferente.

La participación en las Olimpíadas de Filosofía propone a los alumnos profundizar conocimientos y enriquecer planteos en el contacto con filósofos clásicos y contemporáneos, así como también acercarlos a nuestra realidad desde el juicio crítico y el compromiso permanente con los valores. El intercambio entre los estudiantes, el trabajo en equipo, los espacios de debate y el desarrollo de habilidades argumentativas que permitan fundamentar sus ideas los posiciona frente a la realidad de una manera diferente.

Los alumnos de nuestra escuela participan desde hace siete años en el Certamen que organiza la Asociación Olimpíada Argentina de Filosofía, junto con la Universidad de Buenos Aires, y siempre con una destacadas calificaciones pasaron las pruebas regionales y dieron el examen provincial. Durante la preparación reina el entusiasmo, el esfuerzo y la dedicación constante, el trabajo en equipo y la comunicación con chicos de otras escuelas. Participan de talleres y se reúnen para debatir; estudian mucho pero sin perder la oportunidad de disfrutar de lo que hacen. Se animan a acercarse a la filosofía como desafío, se atreven a preguntar y a buscar nuevas respuestas, a compartir con otros lo que aprenden...

Por eso queremos decir que nos sentimos orgullosos, y que esperamos que este año muchos más alumnos se sumen a "los olímpicos".

Retomar las riendas del pensamiento propio es una decisión de cada hombre. Y es responsabilidad de quienes desde la filosofía trabajamos con los jóvenes acercarlos y acompañarlos en este emprendimiento.

Van como muestra algunas imágenes.